Posee además la titulación de la Congregación para las Causas de
los Santos para ejercer el oficio de Postulador, siendo en la actualidad el
Presidente de la Comisión Pontificia
para la Beatificación de SS. Pío XII, así como ha sido nombrado por el
secretario de Estado del Vaticano para las causas de Ettore Vernazza, y el de los
jóvenes Focolares Carlo Alberto MICHELOTTI y Carlo GRISOLIA, También
'Postulador en la Congregación para las Causas de los Santos de la causa de Sor
M. Consolata Betrone.
Decano
de la Sección de
Liguria de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, que a su
vez
tiene la primera responsabilidad operativa y Presidente de la Fundación
Serra agregada a la Obra Pontificia para las Vocaciones Sacerdotales.
PÍO XII, UN PONTÍFICE MARIANO.
Durante el pontificado de
Pío XII (1939-1958), la Iglesia católica vive la época de oro del movimiento
mariano post-tridentino, abocado a la promoción del culto a María y de la
doctrina mariológica.
La especial veneración por la Madre de Jesús logra la máxima
incidencia en la primera mitad del siglo XX, hasta el punto de que el beato
Juan XXIII se refirió a ella como a la era de María. La devoción de Pío XII a María era ferviente, y su mariología,
riquísima. El 13 de diciembre de 1894, a los 18 años de edad, Eugenio Pacelli
se inscribió en la Congregación mariana de los jesuitas en Roma. Cinco años
después, el 3 de abril de 1899, escogió para celebrar su primera Misa la
Capilla Borghese de Santa María la Mayor.
Consagrado obispo el mismo día en el que la Virgen se aparecía a los tres pastorcillos en Fátima (el 13 de mayo de 1917), le confió a Ella su pontificado.
Consagrado obispo el mismo día en el que la Virgen se aparecía a los tres pastorcillos en Fátima (el 13 de mayo de 1917), le confió a Ella su pontificado.
La devoción del pontífice también se expresó a través de una
serie de escritos - 400 documentos oficiales-que buscaban promover la presencia
de María en la vida y en el pensamiento de la Iglesia. Los eventos relevantes del magisterio mariano de Pío XII son muy
numerosos. Primero de todo, en la famosa encíclica “Mystici Corporis Chirsti”
(del 29 de junio de 1943), el Papa precisa el lugar de la Virgen en el Cuerpo
místico de Cristo, presentándola como “alma socia Christi”, es decir,
Madre asociada al Hijo en toda la obra redentora. Poco conocida, pero de gran importancia es la consagración del
mundo al Corazón Inmaculado de María (el 31 de octubre de 1942), que Pío XII
realizó a petición del episcopado portugués en el 25 aniversario de las
apariciones de la Virgen en Fátima.
En plena guerra, el Papa invocó a María como “refugio del género
humano” y confió a su protección materna al mundo entero.
Pío XII reiteró este acto de confianza en la Madre de Jesús
consagrándole a Rusia (en 1952) y a España (en 1954). Como continuación de esos
gestos, Pío XII estableció en la Iglesia universal la fiesta del Corazón
Inmaculado de María (el 4 de marzo de 1944).
Es memorable la oración compuesta por él mismo: “Sobrecogido por
el fulgor de vuestra celeste belleza...”.Pío XII permanecerá en la historia de la fe católica sobre todo
por la definición dogmática de la asunción de María en cuerpo y alma al cielo”.