VIERNES DE DOLORES

Cómo viene siendo costumbre las celebraciones del V viernes de Cuaresma se iniciaron en nuestra fraternidad a las 00 horas con la celebración de la Vigilia Benedicta en honor de nuestra Madre dolorosa.


Desde primeras horas dela mañana el templo del Salvador estuvo abierto a los fieles, recibiéndose a numerosos colegios de Carmona a los que se les recibió y explicó nuestra historia y peculiaridades dela Orden de los Siervos de María.
A las 13:00 horas  celebramos la Solemne Eucaristía que fue presidida y predicada por nuestro Párroco Don José Ignacio Arias, contando con la participación musical del Coro del Aula de Música de la Fundación Caja Sol. Al finalizar, se entregó a nuestro hermano capataz un recuerdo por sus XXVI años de servicio a la Fraternidad, una fotografía de Nuestra Señora al paso por el Arquillo de San Felipe, obra del fotógrafo venezolano Pablo Arza.





A continuación tuvimos el almuerzo de Fraternidad dedicado este año a homenajear al capataz saliente, Francisco “taco”, al que nuestra Priora dedicó una emocionada semblanza y le hizo entrega de sendos recuerdos en nombre de la Orden.  Los jóvenes también le hicieron entrega de una fotografía  que recoge el momento de la entrada de nuestro paso en el Salvador.

A las 20 horas se inició la meditación del Via matris, que concluyó con la veneración del pañuelo de la Virgen que durante la procesión y hasta el Viernes santo queda depositado a sus pies.
A las 21 horas y acompañados por la Banda de Música de Mairena del Alcor se inició la salida procesional con María Santísima de los Dolores, en esta ocasión se estrenó en la misma puerta del Templo su nueva marcha “Siervos de María”.  La Señora lucía el manto azul y estrenaba tocado de seda bordada, igualmente lucía la medalla de oro entregada por la Hermandad de la Virgen de Gracia.
El adorno floral estaba compuesto de fresias y rosas blancas. Dentro de los estrenos destacar los nuevos relicarios, obra italiana, y la restauración de los incensarios y navetas.










Igualmente en el cortejo se integraron hermanas y fieles de mantilla. Destacamos igualmente el cuerpo de acólitos compuesto por más de cincuenta jóvenes de nuestra Fraternidad. También se cambió el itinerario habitual.

Tras la recogida, celebramos con los costaleros su especial homenaje al que ha sido su capataz, al que le entregaron una pintura obra de Fernando Fernández con el rostro de nuestra Virgen.





CELEBRACIÓN PASCUAL

Con motivo del tiempo de Pascua nuestra Fraternidad celebrará el próximo viernes día 10 solemnes cultos en honor de Nuestra Señora de los Dolores, con la salutación y coronación de flores de la Imagen siguiendo una ancestral costumbre de las comunidades servitas, e igualmente se celebrará la festividad de la Misericordia Divina en honor de nuestro Señor.

A las 18 horas se iniciará la felicitación Pascual a nuestra Madre y posteriormente se tendrá la Exposición Solemne del Santísimo Sacramento y meditación a cargo del Vicerrector del seminario Metropolitano de Sevilla. 

La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos "y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia" (Diario, 723). En este mensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... "porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil" (Diario, 742).



Con el fin de celebrar apropiadamente esta festividad, se recomienda rezar la Coronilla y la Novena a la Divina Misericordia; confesarse -para la cual es indispensable realizar primero un buen examen de conciencia-, y recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta de la Divina Misericordia.

La esencia de la devoción.

La esencia de la devoción se sintetiza en cinco puntos fundamentales:

1. Debemos confiar en la Misericordia del Señor.

Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina".

2. La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias:

"Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz, porque yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad".

3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona:

"Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formar de ejercer misericordia: la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia".

4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias:

"Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio".

5. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia
al día:

"Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas".

La Santa Sede decreta día de la Divina Misericordia.

Una propuesta de Santa Faustina Kowalska.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que se establece, por indicación de Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de Pascua. La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia»

El decreto vaticano aclara que la liturgia del segundo domingo de Pascua y las lecturas del breviario seguirán siendo las que ya contemplaba el misal y el rito romano.